La mesoterapia comienza con una limpieza profunda de la piel para eliminar impurezas y preparar la zona a tratar, ya sea rostro, abdomen, piernas o glúteos. Luego, se aplica el principio activo a través de microinyecciones superficiales o mediante mesoterapia virtual (sin agujas), según el tipo de tratamiento y la preferencia de la clienta. Estas microdosis contienen sustancias como vitaminas, minerales, ácido hialurónico, cafeína o lipolíticos, dependiendo si el objetivo es rejuvenecer, hidratar, reafirmar o reducir grasa localizada. Después de la aplicación, se realiza un suave masaje para favorecer la absorción del producto y calmar la piel.

La mesoterapia es un tratamiento estético muy valorado por su capacidad de actuar directamente en la zona a tratar, con resultados visibles en poco tiempo. Es ideal para tratar flacidez, celulitis, grasa localizada, estrías, envejecimiento facial y deshidratación. A diferencia de las cremas o tratamientos superficiales, la mesoterapia permite que los activos lleguen a capas más profundas de la piel, lo que hace que sea mucho más efectiva. Es una opción perfecta para personas que buscan mejorar su aspecto de forma localizada, rápida y sin necesidad de cirugía.

Los resultados de la mesoterapia son progresivos y acumulativos: con cada sesión, la piel se ve más firme, tonificada y luminosa. En el rostro, mejora la hidratación, reduce líneas finas y revitaliza la piel. En el cuerpo, disminuye la celulitis, reduce centímetros en zonas específicas y mejora la textura de la piel. Además, al estimular la circulación y el metabolismo local, se favorece la regeneración celular y se potencia el efecto de otros tratamientos estéticos. Es un procedimiento seguro, eficaz y personalizado, adaptado a las necesidades de cada persona.