Pasos: La limpieza facial básica comienza con un diagnóstico rápidorápido La limpieza facial básica comienza con un diagnóstico rápido del tipo de piel para asegurarnos de utilizar los productos adecuados. Se realiza una limpieza superficial para eliminar maquillaje, suciedad y grasa acumulada. Luego aplicamos una exfoliación suave para retirar las células muertas de la capa más externa de la piel. Se continúa con una ligera vaporización para abrir los poros y facilitar la eliminación de toxinas. Finalmente, aplicamos una mascarilla hidratante o calmante según la necesidad del rostro, y cerramos el tratamiento con tónico facial, crema nutritiva y protector solar.
Aunque es el tratamiento más sencillo, no deja de ser esencial en una rutina de cuidado de la piel. Esta limpieza es perfecta para quienes recién comienzan a cuidar su rostro o no presentan muchas impurezas visibles. Ayuda a prevenir la acumulación de grasa, polvo y residuos del ambiente que se adhieren diariamente a la piel, y es ideal para mantener la piel en condiciones saludables entre limpiezas más profundas. También prepare la piel para absorber mejor cualquier producto cosmético o tratamiento posterior.
Después de una limpieza básica, notarás que la piel se ve más fresca, suave y con un brillo natural. Ayuda a eliminar el aspecto apagado causado por la suciedad superficial, mejora la textura del rostro y proporciona una sensación de ligereza. Es ideal como mantenimiento mensual o quincenal, manteniendo el equilibrio de la piel sin ser invasiva ni agresiva.