La depilación de bozo comienza con la limpieza de la zona para eliminar impurezas, sudor o restos de maquillaje. Luego, se aplica un producto pre-depilatorio que ayuda a preparar la piel y minimizar posibles irritaciones. El método de depilación puede ser con cera caliente, cera fría, hilo o pinzas, dependiendo de la sensibilidad de la piel y la preferencia de la clienta. El procedimiento se realiza con mucho cuidado para evitar enrojecimientos o molestias. Una vez finalizada la depilación, se aplican productos calmantes e hidratantes, como gel de aloe vera o cremas especiales, que ayudan a calmar la piel y cerrar los poros.
La zona del bozo es muy visible y puede generar incomodidad o inseguridad cuando hay presencia de vello, especialmente en personas con vello oscuro o grueso. La depilación regular no solo mejora la estética del rostro, sino también la textura y luminosidad de la piel en esa área. Además, al ser una zona tan delicada, es fundamental realizar el procedimiento con técnicas adecuadas y productos profesionales para evitar irritaciones, manchas o crecimiento de vello enquistado.
La piel del labio superior queda suave, limpia y libre de vello, lo que realza los rasgos faciales y da una apariencia más pulida y femenina. El maquillaje también se aplica mejor sobre una piel libre de vello, logrando un acabado más parejo. Además, la depilación frecuente puede debilitar el vello con el tiempo, haciendo que el crecimiento sea más fino y menos notorio. Es un procedimiento rápido, económico y con resultados instantáneos.